PADRES:.... UN LLAMADO A LA REFLEXION

LAMENTABLE ACCIDENTE JOVENES ALTA VELOCIDAD EVALLEDUPAR - REFLEXION PARA PADRES Y ADOLESCENTES.

Por: Oscar Ariza Daza - Columnista
El Pilón - 22 Junio 2010

Durante el fin de semana otro hecho lamentable volvió a enlutar a Valledupar, con secuelas catastróficas para la familia y para los jóvenes que siendo el futuro de esta región insisten en manejar sus vidas con desenfreno y sin la ponderación suficiente para ver los riesgos a que están expuestos.

El objetivo de esta columna no es señalar a nadie, ni buscar responsables, pero sí hacer un llamado a la reflexión para evitar que estas tragedias continúen sucediendo.

Frente a los peligros a que hoy están sometidos los jóvenes, los padres deben replantear la manera de criar, de formar a sus hijos, de educarlos dentro de normas de conducta como el respeto a las leyes y a su propia vida, pues se ha vuelto común despertarnos con fatales noticias como las de la madrugada del pasado domingo cuando murieron dos jovencitas menores de edad, en un automóvil a alta velocidad que venía de un festejo donde se consumió alcohol, a pesar de la ley seca que imperaba.
Los padres hacen enormes esfuerzos por levantar a sus hijos, por darles un buen colegio, viajes, protección y amor, pero se vuelven débiles ante el deber de corregirlos con mano dura cuando es necesario. Es mejor reprenderlos, aconsejarlos y prohibirles con firmeza para librarlos de perjuicios, es mejor que lloren de inconformidad ante una prohibición de no tomar o festejar en vehículos, que tener que llorar frente a sus tumbas por algo que de corregirse a tiempo se podría evitar.

Preocupante que muchos jóvenes de hoy sean esclavos de una sociedad de consumo que los ha hecho entrar en la cultura de lo efímero, viviendo en una competencia fatal entre ellos mismos y en la que presionan a sus padres para tener el último blackberry, carros, ropa de marcas costosas y trago para consumir, instaurándose así una nueva condición de vida: “la apariencia.”.
Pero ¿hasta dónde los padres tienen responsabilidad en ello? La directriz que siguen es vivir la vida intensa y apasionadamente, descalificando el sacrificio o la dificultad, pues lo ven como un atentado a la vida.

El joven ve la experiencia personal como la fuente y el criterio de verdad que instaura un nuevo valor, “el goce”, como única lógica para existir, muchas veces cree que su sola experiencia basta para vivir bien. Eso, debido a la falta de restricciones de quienes equivocadamente todo se lo aceptan para no contrariarlos, creyendo que con eso se convierten en mejores padres.

Muchos de los padecimientos de los jóvenes tienen sus orígenes en la forma como se les ha criado, en la permisividad y el poco control a sus vidas. Equivocadamente los padres bajo la premisa de querer que sus hijos tengan y hagan lo que nunca pudieron tener o hacer ellos cuando chicos, terminan proveyéndoles todo lo que puedan requerir, pero sin recalcar en la necesidad de ser responsables con sus vidas, insertándolos en una vida fácil donde parece que todo lo merecieran, sin hacerlos cumplir sus deberes como jóvenes, sin inculcarles el respeto por las normas del hogar, de tránsito o convivencia, como si por encima de los deberes tuvieran como pauta el tenerlo todo y el dejar para después las responsabilidad de su salud y por ende de sus propias vidas.

Es necesario que muchos padres comiencen a entender la necesidad de sentarse a dialogar con los hijos y enseñarles que son menores de edad, que no está permitido para ellos ingerir alcohol porque la ley lo prohíbe, en lugar de darles dinero para que tomen o invitarlos a tomar en parrandas familiares; es necesario que controlen sus salidas. Ya se hizo normal encontrarlos estacionados o corriendo a toda velocidad por la calles exhibiendo con un orgullo equívoco una botella de whisky, es común encontrar a jovencitas y jovencitos de 15 años borrachos y sin control.
Es necesario poner fin a esta forma de vida en donde los padres tienen una responsabilidad enorme, pues han entendido mal que formar es darle todos los elementos necesarios para que ellos por falta de orientación terminen con resultados trágicos como el que ahora lamentamos.

Es tiempo de que los padres busquen el camino hacia el despertar de una nueva responsabilidad en sus hijos mediante el diálogo formativo, donde no se instaure la permisividad, ni prime la opresión, pero sí se establezca una muestra de autoridad y claras fronteras de lo permitido, para que no se ponga en riesgo la armonía familiar y la vida misma.