POR QUE VIVIR SOMETIDOS?....

Para despertar conciencia... Es necesario sentir intensamente.‎

Impedimentos de la auto-Realización

Algunas de las condiciones o circunstancias que bloquean la capacidad del ser humano para conectarse con aquello que lo trasciende, son:

La primera causa es la resignación a vivir sometido. Vivir sometido ya sea por comodidad, por debilidad psicológica o por falta de un espíritu maduro.

Y el sometimiento en sí es nefasto tanto para el que lo impone como para la víctima que se amolda a ello, pero se agrava aun más cuando la persona que es sometida necesita a su vez que la controlen o precisa que la limiten, o, por otro lado, quiere que la dirijan en todos sus actos y emprendimientos por el simple hecho de ser incapaz de tomar decisiones precisas o quizás por no querer asumir la autoridad de su vida carente de iniciativas, o también, por el hecho de no querer comprometerse con responsabilidades sociales.

Esta desidia genera un tremendo estancamiento emocional y espiritual a causa de la inercia psicológica llevada al extremo, al permitir que otro se haga cargo de la propia existencia, lo que generalmente se da por la falta de carácter a causa de una débil personalidad, que conduce a dejarse esclavizar y someter por los demás. Y esto es lo que inexorablemente impide la captación metafísica de lo esencial.

Si una persona es víctima de un trato semejante, de abuso y sometimiento, podrá liberarse interiormente e incluso servirse de ello para fortalecer su alma y crecer en conciencia; pero si ha preferido dejarse someter a cambio de algunos “beneficios” personales, como ser, por razones económicas, por una sensación de seguridad y amparo, por compañía, o, simplemente, por dependencia patológica, será imposible que amanezca en ese corazón el extraordinario sentimiento de libertad que se requiere para “Vivir la Existencia”. Puesto que, para experimentar esta libertad, lo primordial será elevarse por encima de toda dependencia material, física, emocional-mental y espiritual.

De este modo, el primer esclavizante del ser humano son los propios padres, su esposo, su familia, es decir las personas que lo conocen y conocen de su debilidad, cuando alguno de ellos se comporta de manera posesiva, pretendiendo ser dueño de la persona debil y lo somete a sus enfermizos caprichos durante interminables años de asfixiante relación.

En esta situación, tales personas sometidas o extremadamente dependientes, dejan de ser ellas mismas para convertirse en la imagen deseada por los sometedores posesivos.

En todos los casos, siempre es el verdadero amor quien da libertad incondicional en todos los sentidos con una clara comprensión de los valores y virtudes prioritarios que hacen a una vida digna; por el contrario, el querer posesivo mata a la persona por intentar preservarla de los daños del mundo controlando su vida completamente, Y la víctima del amor posesivo puede tratarse de un hijo, de una pareja, un hermano (a), de una amistad; incluso, hay hijos que se vuelven posesivos respecto a uno de sus padres, porque el acto de someter o de volverse dependiente psicológicamente, puede manifestarse en cualquier ser humano, de cualquier sexo y edad.

Sin embargo, como decía anteriormente, la posesividad no sería lo más grave de todo este asunto funesto, sino que lo más terrible y peligroso es que la víctima sea quien acepte de manera resignada y patológica una dependencia total de su persona y de su espíritu.

Así tenemos que el primer enemigo que atenta contra la expansión de la conciencia y el Vivir la Existencia, es la dependencia esclavizante al sometimiento en todas sus formas, porque esto anula el hermoso sabor que tiene el intercambio en el plano de la interdependencia... interdependencia con los demás e interdependencia con el todo; y recuérdese que toda premisa basada en la independencia es falsa porque se fundamenta en una mentira ya que no responde a ninguna situación en la que ésta podría darse, mientras que la dependencia sí es una realidad atroz.

Por eso, la cuestión es alcanzar un grado de conciencia elevado al estado de interdependencia respecto a todas las relaciones sociales (incluidos los padres, abuelos, suegros, yernos, nueras, nietos, hijos, hermanos, familiares ), y la interdependencia con la vida, con la naturaleza y con la existencia entera.
Porque hasta que el ser humano no se libere de lo que lo esclaviza y somete (internamente hablando) no podrá trascender (también internamente hablando) a los estadios superiores de la Realización Interior.

Las 7 caras principales del sometimiento-dependencia:

1º) Dejarse someter por familiares posesivos a través de artimañas que infunden en sus víctimas miedo o sentimiento de culpa y de pesadas obligaciones sanguíneas; lo que conduce a una dependencia psicológica de tal magnitud que llega a desearse profundamente no vivir más, ya que en realidad no se tiene una vida propia en absoluto.

2º) Dejarse someter por la ignorancia no de conocimientos, sino de discernimiento y sabiduría espiritual, que resume la vida a una subsistencia meramente vegetativa, o tan solo, condicionada a un proyecto de posesiones materialista.

3º) Dejarse someter por mandatos internos destructivos sin cuestionarlos ni replantearlos o por responder ciegamente a una cultura, educación o doctrina en particular.

4º) Dejarse someter por la situación laboral con el fin de alcanzar y sostener un modo de vida de consumo sugerido por la actualidad publicitaria o la moda de turno.

5º) Dejarse someter por la inercia y la apatía proveniente de la falta de estímulos, que desemboca en la ausencia de creatividad artística y carencia de vuelo mental y espiritual.

6º) Dejarse someter por un amor o cariño mal entendido.

7º) Dejarse someter por el deseo de ser bueno y complaciente con los demás, cuando en realidad se está evadiendo una profunda debilidad y una baja autoestima.


No permitas ser influenciado por un espíritu sometedor. Dios protege a los suyos.