SILENCIO E INDIFERENCIA SIMBOLOS DE AGRESION

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SILENCIO E INDIFERENCIA GENERADORES DE VIOLENCIA

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lunes, 7 de diciembre de 2009

VENCIENDO LA ENVIDIA

Una persona puede ser muy fiel en asistir a los servicios, vivir una vida moral buena,pero aun así acumular suficiente envidia en su corazón para condenarse así misma. La envida es un pecado muy común.Casi todas las personas han tenido problemas con este pecado. Pero lo más triste es que pocos lo confiesan.La envidia es la hija del orgullo, la autora del homicidio y la venganza, la que concibe crímenes secretos, la atormentadora
perpetua de la virtud. La envidia es la suciedad del alma; un veneno, que consume la carne y seca el tuétano de los huesos.

La envidia no es nada buena. Es una enfermedad del corazón (Marcos 7:20-23). La palabra significa sentimiento de disgusto producido al ser testigo u oír de la prosperidad de otros.

Una persona envidiosa piensa que todo honor o fortuna que otro recibe es deshonra y desgracia para él.

B. Ejemplos de envidia en la Biblia:

1. Raquel, por ser estéril, tuvo envidia de su hermana Lea, ya que esta era madre de muchos hijos (Génesis 30:1; Génesis 29:31-35).
2. Los filisteos, al ver que Isaac tenia más rebaños de ovejas, vacas y mucha servidumbre, le tuvieron envidia (Gén. 26:14).
3. Los hermanos de José le tuvieron envidia a causa de sus sueños y por ser el favorito de su Padre (Gén. 37:1-11).

La Naturaleza de la Envidia.

A. De acuerdo a la Biblia, la envidia es por naturaleza:

1. Terrenal, animal y diabólica (Santiago 3:15).
2. Engañosa. Es tan engañosa que puede llevar a los justos a envidiar a los que hacen el mal (Sal. 37:1; 73:3; Proverbios 23:17; 24:1, 19).

3. No está limitada a cierto círculo social. Una persona envidiosa puede ser:
a) un pecador en el mundo, Tito 3:3; b) o un miembro de la iglesia. Si, Efraín puede envidiar a Juda (Isaías 11:13).
4. Hace a sus victimas miserables e infelices. Cuando envidiamos no somos felices. El hijo mayor, en la parábola del hijo prodigo, envidió al hijo menor (Lucas 15:11-32). 5. Es comparada al cáncer de huesos. “El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos” (Proverbios 14:30 RV1960). Así como el cáncer y la lepra son dañinos para nuestro cuerpo físico, también la envidia lo es para nuestro espíritu.
6. La envidia es peor que la ira y el enojo (Proverbios 27:4).

La envida tiene como socios a las siguientes “enfermedades” espirituales:
1. En I Pedro 2:1 la envidia es asociada con la malicia, el engaño, hipocresía, y toda difamación.

2. En Gál. 5:19-21 la envidia es asociada con el adulterio, la fornicación, la inmundicia, la lascivia, la idolatría, las hechicerías, las enemistades, los pleitos, los celos, las iras, las contiendas, las disensiones, las herejías, los homicidios, las borracheras, las orgías,
y cosas semejantes ha estas; de las cuales la Biblia nos advierte que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
En II Cor. 12:20 la envidia es asociada con los pleitos, los enojos, las rivalidades, las difamaciones, los chismes, la arrogancia y los desordenes.
En I Ti. 6:4-5 la envida es asociada con los pleitos, las blasfemias, las malas sospechas y constantes rencillas.
En I Ti. 3:3 la envida es asociada con la necedad, la desobediencia, los deleites y placeres mundanos, la malicia y el odio.
En I Cor. 3:1-3 la envida es asociada con las contiendas y divisiones.
En Romanos 1:29-32 la envidia tiene muchos socios más, y Pablo nos advierte que todos los que practican tales cosas y consienten con ellos son dignos de muerte.

Talvez, alguno de nosotros no seamos culpables de practicar los otros pecados que hemos visto, pero si practicamos la envidia, de igual manera seremos condenados (Romanos 6:23).

El daño que la envidia causa es irreversible.

Por envidia, Caín mató a su hermano Abel (I Juan 3:12).
Por envidia, los filisteos taparon con tierra los posos de Isaac (Génesis 26:12-15).
Por envidia, los hermanos de José lo vendieron a esclavitud egipcia (Gén. 37:11; Hechos 7:9).
Por envidia, Coré, Datán y Abiram se revelaron contra Moisés en el desierto (Números 16:1-3; Sal. 106:16, 17).
Por envidia, el rey Saúl buscaba matar a David como a un animal (I Sam. 18:8ss.).
Por envidia, los judíos crucificaron a nuestro Señor Jesús (Mateo 27:18; Marcos 15:10).
Por envidia, los apóstoles fueron perseguidos (Hechos 5:17; 13:45; 17:5).
Por envidia, el mundo gentil se degeneró y apostató (Romanos 1:29-32).


Estas cosas no deben de ser así!” (Santiago 3:10).

Dios Prohíbe Estrictamente La Envidia.
Dios no tolera la envidia; por lo tanto, sus hijos tampoco deben de tolerarla. En I Pedro 2:1, la palabra de Dios nos enseña a que “desechemos” la envidia.

En Gálatas 5:26 la Biblia nos enseña que no debemos envidiarnos unos a otros.
En Romanos 13:13 la Biblia nos enseña, una vez más, a que no andemos en envidias.


El ser envidioso puede llegar a costarnos la vida.

Por envidia, Amán construyó una horca para Mardoqueo (Ester 5:10-14); pero, él fue el que terminó siendo colgado en ella (Ester 7:10).
Los que envidiaban a Daniel fueron devorados por los leones en lugar de Daniel (Daniel 6:1-24).
No cabe duda que las palabras de Job son ciertas, “La envida mata a los insensatos.”(Job 5:2)


Cierto predicador una vez relató el cuento de un águila, que tenía envidia de otra que podía volar mucho mejor que ella. Un día el águila vio a un cazador con arco y flecha y le dijo, "Deseo que mates a esa águila volando en el aire". El cazador dijo que podía hacerlo, solo que necesitaba unas plumas para su flecha. Así que el águila envidiosa sacó una de sus plumas de un ala. El cazador lanzó la flecha pero no pudo alcanzar la otra águila porque andaba volando demasiado alto. El águila sacó otra pluma, y luego
otra…hasta que había perdido tantas plumas que ella misma ya no pudo volar. El arquero tomó ventaja de la situación, dio la media vuelta y mató al águila envidiosa.

El predicador dijo, "Si tú tienes envidia de otros, el que será
más dañado por tus acciones serás tu mismo".

Cansada la tortuga de arrastrarse siempre por el suelo, le rogó al águila que la levantase en el aire lo más posible. El águila, para complacerla, la asió entre sus garras y la levantó hasta más arriba de las nubes. Entonces la tortuga exclamó, henchida de vanidad: ¡Qué despreciables me parecen ahora todos los animales de la tierra! ¡Con cuánta envidia me han de mirar! Enojada el águila por aquella vanidosa presunción, soltó de entre sus garras a la tortuga, que fue a dar contra unas peñas y se hizo pedazos.

Los que se engríen cuando la buena fortuna los levanta a muy alta posición, están en peligro de caerse y matarse. Fábula de Esopo.

Los envidiosos serán victimas de muerte eterna. En Romanos 1:32 Pablo dice que los que practican la envidia también son dignos de muerte. ¿Por qué? Porque la envidia es un pecado y la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). Los envidiosos no entrarán al cielo. En Gálatas 5:21 Pablo dice que los que practican tales cosas no heredarán el reino de los cielos.

Dios, a travès de su palabra, nos da el remedio para poder vencer esta enfermedad del corazón.
El amor es el remedio. La envidia nace del odio (Ezequiel 35:11; Tito 3:3) y se cura con el amor - “El amor no envidia” (I Cor. 13:4). Una madre nunca tiene envida por los éxitos de sus hijos. ¿Por qué? ¡Porque los ama! Por lo tanto, nosotros debemos llenar nuestro corazón de amor para no envidiar a nuestro prójimo.Vistámonos de Cristo. Después de exhortarnos a que no andemos en envidia, el apóstol Pablo dice, “Más bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis provisión para satisfacer los malos deseos de la carne.” (Romanos 13:14; Gál. 3:26-27).
Maduremos espiritualmente (I Cor. 3:1-3).
Andemos en el Espíritu. La envidia es una de las obras de la carne (Gál. 5:21) pero si andamos en el Espíritu no vamos a satisfacer los deseos de la carne (Gál. 5:16).Recordemos que somos miembros del mismo cuerpo (I Cor. 12:26).Estemos conformes con lo que tenemos (Hebreos 13:5).
Crucifiquemos al viejo hombre y sus malos hábitos (Col. 3:9; Mat. 16:24; Gál. 2:20; I Cor. 10:24; Filipenses 2:3-4).
Pidámosle ayuda a Dios. (Santiago 4:5) en el capítulo 4:6 nos afirma que Dios da más gracia.

Conclusión:
1. Todos podemos vencer esta enfermedad del corazón. El asunto es querer (Fil. 4:13).

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ZAUDITH ALABA AL SEÑOR

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LINEY CASTRO PEÑA-HERMANA DE ZAUDITH DA GRACIAS A DIOS.

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LAURA Y LUIS GUILLERMO GALEZZO SOBRINOS DE ZAUDITH TAMBIEN LE DAN LA GLORIA A DIOS

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ELIECER NUÑEZ-CILIA PEÑA, TIOS DE ZAUDITH ALABANDO AL DIOS ALTISIMO

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PEDRO NELPEÑA DORMELINA CABRALES LINEY PEÑA CABRALES ALFONSO CASTRO PEÑA ADRIANA ALZATE

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ROSIRIS PEÑA CABRALES, UNA MADRE AFLIGIDA, CONVOCA A FAMILIARES AMIGOS Y VECINOS DE SU HIJA ZAUDITH CASTRO PEÑA UNA JOVEN DE 26 AÑOS A QUIEN LE FUERA DIAGNOSTICADO UN CARCINOMA DUCTAL POBREMENTE DIFERENCIADO DE TIPO NO ESPECIAL CON UN GRAVE PRONOSTICO, A SERVICIOS DE VIGILIAS Y ORACIONES INICIALMENTE EN SU RESIDENCIA, POSTERIORMENTE EN VARIAS RESIDENCIAS DE FAMILIARES Y VECINOS, SINTIENDO UN TREMENDO GOZO AL VER LAS MANIFESTACIONES DE SOLIDARIDAD, AMISTAD Y APRECIO GLORIFICANDOSE ASI EL NOMBRE DEL SEÑOR. GRACIAS DIOS. BENDICELOS A TODOS!



ZAUDITH CASTRO EN SU PRIMERA OPERACION

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ROSIRIS PEÑA CABRALES-MADRE DE ZAUDITH

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